Martín, El Cabezón y Pipi. Campeonato 2007. |
Las grandes hazañas no entran en ninguna Copa, por más grande y suntuosa que sea, ni tampoco en un vitrina que nadie limpia y nadie ve, escribió un día Pablo Ramon, y cuánta razón tiene si lo comparamos con el triunfo histórico que obtuvo Sarmiento el domingo frente a Independiente de Castelli por 5-4, tras ir perdiendo en casi todo el partido.
Capaz suene exagerado cuando se festeja un triunfo de esta envergadura cuando aun no se ganó nada, pero si hay mucho que festejar, por la actualidad futbolística de todo el Club Sarmiento, desde una sexta división que mejora día a día con el trabajo de Cotila Marquez y Miguel Galay, una quinta que de la mano de Guille Paez va por una vuelta más, la cuarta depende de sí misma si quiere ser campeón con Chicho Larroy a la cabezay el primer equipo dirigido por “Cucu” Irazabal ya agarró la punta para no soltarla más.
Sarmiento está pasando por un proceso de reorganización institucional de la mano de su nuevo presidente, Machete Morello. A mediados de Julio comenzó la nueva gestión con un Club devaluado en todo sentido y con deudas casi imposibles de pagar. Los proyectos, no eran más que proyectos. Hacía falta un cambio y se nota en el día a día, simplemente con darse una vuelta por el Club o la pileta.
Yo siempre fui defensor de que no hay que mezclar los problemas institucionales con el fútbol, ya que si un jugador sueña con ser campeón se tiene que preocupar solo por la pelota, pero a veces una cosa lleva a la otra y quedó demostrado. Todos tiran para el mismo lado. Los jugadores quieren un Sarmiento más grande y un Sarmiento más grande no es solo dar una vuelta olímpica por más linda que sea, sino un Club unido con proyectos firmes y sueños con aspiraciones a convertirse realidad.
Con compromiso se pueden lograr cosas grandes, pero el compromiso tiene que ser de todos. Dirigencial y futbolístico. Defender una convicción. Luchar por un sueño. No compararse con nadie. Somos esto. Disfrutamos de esto. Y nos bancamos ser esto.
Ahora hay que disfrutar de este buen momento, pero a no quedarse acá, quedan cinco fechas y si los jugadores tienen la confianza necesaria de creer que se puede, se puede. Cinco partidos. Cinco finales. Y quien dice que tal vez, tres campeonatos.